8.12.06

¡MARCHE UN ADN!

La esplendorosa Norita en un party del que no se perdía ninguno y al final de uno no volvió.

SOLEDAD LA DE RIO IVº

Les decían Las Congresistas porque eran viudas part time y paquetas: sus maridos se iban considerablemente a encuentros científicos con hoyos y sin hoyos, dependen si jugaban al golf. Y la ciudad del sur de Córdoba, que hace tiempo viene creciendo, enriqueciéndose unos pocos y pudriéndose muchos más, empezó a inventar jueguitos.

Y los jueguitos no son jueguitos.

Son de en serio.

Nora Dalmasso (51, 53 o 54, años, según la seriedad del medio de comunicación que sea lea, mire y/o escuche), mujer de un brillante traumatólogo más joven que ella, exitoso, dos hijos adolescentes, era bastante atractiva, hacía todo lo posible por serlo, sobre todo cuando le entró a llegar la edad en que se afloja la carrocería, y plata no le faltaba. Plásticas varias, un mansión en el country Villa Golf, amigas de la misma camada y tan jodonas como ella. También trabajaba en una "empresa familiar" de la que no se dieron detalles.

En la madrugada del 26 de noviembre estaba solita su alma y a su dormitorio lo estaban arreglando. Por eso fue al de su hija. Un pote de vaselina destapado, aparentemente sin usar, quedó indecentemente sobre la mesa de luz. A ella la encontraron muy sugestivamente 36 horas después sobre la cama, desnuda, con rastros de haber tenido relaciones sexuales vía vaginal y anal, pero en el cuello el cinturón de la bata estaba con dos nudos y la muerte fue por estrangulamiento, ayudado en forma manual.

La administración del Gallego De la Sota sintió que le metían un rompeportones en misa. El primero en renunciar y presentarse a hacerse un ADN voluntario fue su subsecretario del Interior, de apellido Magnasco, porque hasta las piedras lo señalaban. El siguiente fue un contador de apellido Albarracín. Confesos y contritos aceptaron que habían tenido relaciones con la víctima, pero esa noche estaban en otro lado y también ponían el ADN a disposición. Al regresar a sus hogares legítimos, encontraron que las pilchas, el canario y el fiel Boby, atado a un a soga, los estaba esperando en la puerta con el taxi flet.

¡Aire! Tarjeta roja. Conseguite otra. Hablá con mi abogado.

El sport se abrió con un total de 18 candidatos a posibles pasantes con un poquito de semen para aventar dudas. Fue típico escándalo de la prensa. Para los investigadores no llegaban a 7. Mucho más tranquilizante. Pero los tienen divididos en tres grupos por separado, de acuerdo al grado de relación, clase social y ocupación, porque hay que hasta está formado por los albañiles y otros operarios que estaban refaccionando la mansión. Recórcholis, hasta los perros del barrio deben estar jaboneados. La febril imaginación periodística se hizo un picnic: las chicas Congresistas, podridas de sus maridos viajeros, se quedaban solas, salían a cenar y en un recipiente ponían tantas llaves como necesitaran, metían la mano y sacaban un llavero al tuntún.

Ese era el que les tocaba esa noche. Que las estaba esperando bañadito y con alguna botellita frappé. Algunos eran medios brutos, montaban en pelo y le daban guacha a dos verijas. Ya lo dijo el victoriano Freud: el hombre primitivo está mucho más cerca de lo que creemos. Y eso que no contó cuando tienen plata en estos países africanos y bananeros sin negros ni bananas...

Pero las chanchadas, fantasías eróticas de perros mucho tiempo encadenados y demás sirve para chacotear un rato. Córdoba tiene un excelente ecosistema, se viene incendiando demasiado rápido por atentados, arden días enteros las sierras con recursos naturales irrecuperables y no solamente está podrido lo natural. En el pueblo Los Nonos, en pleno Valle de Traslasierra, señores pudientes ligados a la Fundación Mediterránea del inefable Domingo Felipe Cavallo y donde también solía frecuenta el Pocho Angeloz necesitaron unas cuantas manzanas para hacerse mansiones, y qué problema hay, macho, corrieron el río y listo.

¿Cómo que cómo se hace para correr un río? Vayan y pregúntenselo a ellos. Agarren el catastro viejo, fíjense por dónde pasaba el río antes y como pasa ahora y se van a dar cuentas de las diferencias. No mucha plata, eh. Hay algunos chalets que no llegan ni a los 200 mil dólares. Y no hubo Congresistas aburridas, cachondas, cincuentonas, con ganas de revolear la tanguita.

Hasta el día de hoy hay versiones, sospechosos, se la quieren dar a un ex rugbier de origen francés y del country de al lado, pero hay demasiado poder y peronismo como para ser optimistas y que el asesino, por qué no los asesinos, de Nora Dalmasso van a descansar más en paz que ella. Por ejemplo, las informaciones oficiales sigue diciendo que el ADN del semen hallado con los hisopados que le hicieron al cuerpo virtualmente putrefacto de la víctima en cualquier momento sale.

En cualquier momento de un país no tan podrido como éste sale en 48, 72 horas. Tampoco se ha dicho ni mu de la pericia de rastros, tanto en la habitación como en el resto de la casa, tanto o más efectiva de la supuesta cantidad extraordinaria de semen que le encontraron en las cavidades, lo que los habría llevado a sospechar que ahí hubo más de uno. Las famosas huellas dactilares, aunque ya ni sirven para identificar tipos con prontuario, sí dicen si corresponden a uno, dos o tres personas. Sin contar con los mentados cabellos al pie de la cama que habrían sido hallados. Un pelo habla más que un tratado. Empezando por la edad del sujeto. Y ni qué hablar si tiene alguna dolencia de las que dejan rastros cuando lo mandan a laboratorio. Más de un delincuente sexual fue pescado por estas pavadas.

Pero aquí hay cantidades de datos, ratones, jodas, festicholas, viejas loquitas y otro festival de datos para ocultar las cambiaditas, chanchadas y otros tapujos que tiene el poder. Entre ellos, el del senador radical que lo acostaron a balazos, al mejor estilo de los sicarios colombianos, por saber más de la cuenta de un negociado oficial en época de los radichas y cuando el Pocho iba a meter el cuchillo hasta el hueso. ¿Se acuerdan o ya también se les borró?

A todo esto, como quien no quiere la cosa, en medio de la exitación por tanta joda corrida en una señora apetecible, solita su alma en una mansión, un juez en lo civil sacó un dictamen de que en Río IIIº, salvó una explosión, jamás pasó nada. Y que una pericia hecha por expertos, que duró ocho años y donde se probaba que eso fue alevoso y premeditado, no sirve, cuando los jueces están para dictar ajustados a derechos y no ser químicos ni expertos en explosivos. Si algo no les gusta, está bien, están facultados para tacharlo, pero tienen que llamar a otros que sepan más, sean más idóneos y decentes y preguntarles qué pasó.

A los que les preguntaron que pasó fue a los dos canas rasos que estaban de guardia la noche anterior a la explosión y los llamaron a declarar para ver si sabían, visto o escuchado algo. Bajo juramento dijeron que los vecinos los habían llamado alarmados por el movimiento de camiones y gente adentro de la fábrica militar. Cumpliendo con su deber y fueron y se encontraron efectivamente con cantidad de milicos, camiones y movimiento totalmente desusual, pero los jefes pertinentes les dijeron que se quedaron tranquilo, eran operaciones de rutinas, a dormir muchachos.

A dormir, que mañana vuela todo a la mierda, y a los dos pobres botones los procesaron... ¡por falso testimonio!

Por las dudas, con tanta ensalada, el magistrado de este caso repugnante no tiene nada que ver con el repugnante caso del country El Golf de Río IVº, ahí al lado, a un pasito nomás.