IN MEMORIAN
Si la muerte, por lo que dicen, no suele ser un hecho muy acompañado, las del fútbol figuran a la cabeza de las más solitarias. Están por producirse y ya son estadística. La gente va a la cancha para no ser yo, sino nosotros, como dicen los cientistas sociales, y los buenos de nuestros periodistas deportivos los vuelven a matar y sepultan en lo más selecto de lo NN.
Lo sucedido el lunes en Mataderos tiene su propia historia, como la tiene la cultura antropológicamente hablando, y el fútbol, queridos pichones de escribas y movileros, es el fenómeno de cultura de masas más importante que ha dado el capitalismo. Con el periodismo que nos descerrajan a diario, más que quitarle historicidad, lo están eviscerando, al mejor estilo de esta época a cargo de las multinacionales.
Entonces tratemos de poner las cosas mínimamente en su lugar y en vez de una mayor cantidad de paladas de tierra, al menos intentar unas bocanadas de aire porque, como dijo Rodolfo Walsh, la verdadera muerte es la memoria. El Club Atlético Tigre está por cumplir cien años y es el único sobreviviente de la zona norte. El San Fernando era el más antiguo, el pionero, y lo fue también para desaparecer. Lo que sucedió fue que los ingleses, siempre sobre las vías de los ferrocarriles que iban tendiendo, tenían más intereses por el sur y por el oeste. En ese lado estaba el Delta y la que actualmente es la podrida estación fluvial, como un afluente artificial del Luján, era la cancha para correr el doble par, cuatro y ocho son y sin timonel, cosa de rememorar la famosa tenida entre los de Oxford y los de Cambridge en la que entonces no hacía de Madre Patria oficial.
En cuanto a Marcelo Cejas (41), 25/06/07, después del Chicago-Tigre y con zona franca por todo Mataderos, es el cuarto hincha de los de Victoria que resulta víctima mortal de la violencia futbolera profesionalizada y apañada desde siempre y desde arriba.
Esta debe haber sido una de las más flagrantes e indecorosas violaciones de la ley. Pero no de las que rigen en el Código Penal, sino de las de la física, como es la Ley de la Gravedad, que nos enseñan en el secundario: porque, ¿para dónde está el aire? En el resto del mundo, subdesarrollado y sin Maradona, para arriba; en la Argentina, para abajo, en el suelo, junto con el país.
Geuna era de la barra, vendía rifas para los Bomberos Voluntarios de San Fernando y al día siguiente del entierro, la flamante viuda fue al hospital al retirar el análisis del sapito que se había mandado a hacer: positivo, estaba embarazada. Menos de 9 meses después nacía Darío Geuna h, el primer huérfano, el primer guachito de la violencia futbolera argentina.
En tercer lugar aparece Daniel Galeano (20), 16/10/93, rumbo a la disputa de El Porvenir-Tigre en Gerli. ¿Accidente? Iban en uno de esos bondis en las diez de últimas para ir a las canchas y en una de esas ver un partido que siempre puede ser el último, loqueando, y en el rulo de ascenso a la General Paz, el Micky Schumacher del volante se lo puso de sombrero. La víctima iba en el estribo, gritando, seguro que con algún trapo, a todo pulmón, y el colectivo le pasó por arriba.
Impune, claro. Vaya uno a saber de quién era la bala donde hasta los canarios flautas están calzados.
[N. del E.] Con un tono muy diferente para estas circunstancias, pero hay una anécdota con gente de Tigre en Villa Gesell, durante la temporada. Los que estén con ánimo para darse una vuelta, un click en el subrayado.