Atrincherados atrás de una pancarta, los qom pretendieron resistir el nuevo embate civilizador. |
A 140 kms. al nordeste de la capital formoseña, en lo que se conoce como Colonia La Primavera, el largo conflicto del tire y afloje de quitarle la tierra a los aborígenes so pretexto de levantar una facultad para la universidad local, terminó a los balazos, tal cual era previsible, con dos bajas entre pobladores de la etnia qom, que algunos siguen llamando genéricamente tobas, y un policía. Otro uniformado tuvo que ser internado porque le habían metido un flechazo en el tórax.
Las víctimas fatales fueron identificadas como Sixto Gómez (40) y Roberto López (58). El oficial principal que resultó muerto fue Ever Falcon y otro, de apellido Vence, fue el que recibió un flechazo en el pecho. También otro suboficial resultó herido. La versión de los hechos según los atacados. Los funcionarios del gobierno, para variar, dicen que la superficie en conflicto son 600 hectáreas, los aborígenes dicen que más 2 mil y en los claroscuros aparece una familia de nombre Celías que son los que tienen la posesión de hecho porque la generosidad oficial les canjeó mano a mano unas tierras inundables que tenían por otras de la colonia qom. A la zona la pintan calva para la soja. Los qom le cortaron el alambrado y tomaron la ruta 86, hace cuatro meses, podridos de esperar, y ahí empezaron las patoteadas a despecho de la legislación vigente. La rutina del hecho en sí estuvo dentro de los cánones policiales que se usa en el país como norma. El gobernador, a todo esto, ni se enteró y a la tarde mantuvo una teleconferencia con la presidenta de la república donde ni siquiera hicieron mención del tema, menos que menos al dichoso yuyito ni a los piquetes de la abundancia cortando la ruta, en una actitud que retrotrajo, sin querer, a lo adoptado cuando fue el asesinato de Mariano Ferreyra en Barracas. Ahora, por lo menos, Su Excelencia va a poder excusarse diciendo que Formosa está más lejos, hace calor y esperar que vía Twitter le hagan saber que hay una desnutrición de la gran puta.
Las diferentes administraciones justicialistas provinciales no tienen suerte. Son iguales o peor que los viejos oligarcas. Tal el caso del tucumano Alperovich, un radical transvezalizado y delfín del kirchnerismo. El 17 de junio último, en Los Zazos, una población una legua arriba de Amaicha del Valle, en pleno Valle Calchaquí, fue hallada muerta y la policía se mostró muy diligente para hacer todos los trámites. La médica de guardia fue más cuidadosa y encontró que la anciana Rosa Esperanza Nieva, de 81 años, estaba toda golpeada y encima había sido violada. Doña Esperanza era conocida y reconocida en toda la zona porque toda su vida fue una activista de los derechos de su gente por las tierras y últimamente andaba metida en otros dimes y diretes. Ver los detalles.
La inmediata movilización de los demás pueblos, como los vecinos quilmes y otros, impidió la invisibilización del hecho y por lo pronto, de movida, consiguió el cambio de carátula a homicidio simple, nada de muerte natural. Esto se viene a agregar al asesinato del cacique Javier Chocobar, un hecho que fue alcanzado a grabar en un video y subido a la ensalada en la materia que es YouTube, con el papel que jugaron los Amín, y donde se aprecia también la presencia de represores que trabajaron para la última dictadura como apoyo logístico para los latifundistas que se sienten perjudicados. De este modo, el nuevo hecho viene a agregarse casi estadísticamente, si no fuera por los circuitos de comunicación que han montado los propios marginados, a las secuelas que perduran desde la cristiana colonización. Para un gobierno que se precia de ser paladín de los Derechos Humanos, si encima se le agregan las víctimas del Gatillo Fácil y las Patotas Sindicales ya como que van demasiados muertos, en un terreno en que ya uno es una cantidad inaceptable.