18.6.09

"POR LOS FRUTOS LOS CONOCEREIS"

La cámara no lo favoreció en una máscara normalmente de Cara de Angel.

El pasado 10 de junio una Cámara en lo Penal de Morón ("de lo mejorcito que hay", acotó el abogado Miguel Angel Pierri en un programa de tevé, horas después de conocida la sentencia) le bajó 15 años de prisión al salesiano Julio César Grassi, 51, fundador de Felices los Niños, por el delito de abuso sexual y otros vecinos contra un alojado en la fundación. La acusación inicial eran de 17. Y todo partió de una emisión de Telenoche investiga (Canal 13), a cargo de Myriam Lewin, una ex montonera alojada en la ESMA que varias veces prestó su caso y su figura para documentales de los horrores sufridos. El sacerdote puede disfrutar del aire libre hasta que un Tribunal de Casación no deje firme la condena. También puede ir al local de la fundación, siempre y cuando lo acompañe un mayor de confianza.

La gran virtud del extenso proceso, cientos de horas testimoniales, pericias directamente chanchas, alegatos interminables, chicanas de todos los colores y demás fue que no dejó conforme a nadie. Estela Carlotto, de las Abuelas y en nombre de una organización protectora de menores, le venía dando por las costillas al sacerdote y si bien mostró cierta conformidad con el fallo de culpable, la libertad y otras gracias le hicieron menear la cabeza. El principal abogado de la querella fue pasado al Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados y teóricamente hasta podría perder la matrícula o gozar de una merecida licencia sin goce de sueldo. Entre el laberíntico recorrido de esta causa estuvieron las dos detenciones del ya mencionado Pierri, acusado de prevaricato, en la defensa del clérigo.

El Caso Grassi no es lo que se dice abuso de menores en el sentido que todo el mundo entiende la palabra. Es una porquería en medio de un país que por momentos se degrada con regocijo. Y tiene en el candelero un reparto que ya más quisieran las superproducciones de Hollywood. Por empezar todo empezó por un curro televisivo dada la pregnancia de figuras como Susana Giménez y las obras pías de Grassi con Hola, Su por canal 11. A agarrarse los lienzos de quiénes fueron los ideólogos: Rodolfo Galimaberti, (a) El Loco Galimba, y Jorge Rodríguez, (a) El Corcho. en ese emprendimiento que tuvo a bien llamarse Hard Communications. Vamos y vamos, claro. Fifty, fifty. Vos ponés la cámara y la diva, yo la sotana y los nenes pobres que despiertan todo tipo de sentimentos caricativos. Y al curita lo curraron como no podía ser de otra manera, fue a reclamar justicia y le dieron justi, sic, no es un error, porque la Cámara de entonces encontró que los daños morales no eran tantos porque los frailes están entrenados para sufrir.

En un programa en vivo que hizo historia, la ex de Carlos Monzón, le preguntó, una vez llegado a un acuerdo extrajudicial, por qué la disconformidad por las chirolas que le habían tirado y a cuánto ascendían sus pretensiones y cuando oyó la cifra se le soltó la cadena y gritó como sólo gritan las Susanas Giménez: "¡Pero, padre, usted quería levantar un orfelinato o un hotel Sheraton!"

Todo de primera. Una dama. Ella es generosa con quienes ama, entre los que no se encontraban los chicos del salesiano y sí su perro jazmín y la pareja de turno, si era polista mejor. Todo esto hace la bagatela de diez años. Era por 1998. Lo hard del salesiano en no transar por chirolas, de ir a llorisquear a un sensible Canal 13, cualquier cosa con tal de cagarle la competencia al 11, pero de pronto, en la forma que se estila, entraron a circular dossiers anónimos con una particular currícula del salesiano donde corrupto era lo más cariñoso, porque hacía pivot en las desviaciones del representante de Dios en la Tierra, sobre todo un tal Iván. Por entonces Grassi denunció que lo seguía un Ford Falcon y que le pareció escuchar disparos cuando andaba solo de noche.

El salesiano con cara de angelito capituló en febrero de 1999. El detalle de todo esto figura en el libro Galimberti - De Perón a Susana, de Montoneros a la CIA, de Larraquy-Caballero, Grupo Editorial Normal, Buenos Aires, 2000, págs. 551 y ss. Dos años después se formalizaba la querella contra el salesiano que acaba, es una manera de decir, terminar tampoco cabe, bueno que en el juicio oral que no fue público que no fue público lo condenaron a 15 años por dos hechos de abuso y corrupción sobre un menor de los 17 presentados.

Las irregularidades públicas que se han podido saber ya echan mal olor. Del bando del cura aparece Mariano Grondona y Sra., Raúl Portales y personajes en segunda línea que tanto Estela Carlotto como otros resaltan vagamente haciendo saber El Poder que hay atrás del bondadoso curita. Por lo pronto la campaña televisiva en el canal de Angel Pierri los días previos a la sentencia y los inmediatamente posteriores, preguntándole por su estado de ánimo, exceden un mínimo de buen gusto en un país que cada día más da la sensación de quererse mudar y quedarse a vivir en el grotesto y lo patético.

[N. de la R.] Por fin el 15 de setiembre del 2010 el Tribunal de Casación dejó firme la sentencia de primera instancia a 15 años de prisión. Seguramente irán en queja a la Corte Suprema de la Provincia y todavía les queda, de última, la de la Nación.